UNA REFLEXION POR LA SEMANITA QUE PASAMOS EN EL COLE...

El que amenaza se amenaza.

Se dispone a vivir sin poderle contarle a sus hijos el país que les quiso dejar.
Se vuelca a ese lugar en el que no puede honrar a los padres que lo miran. No los puede mirar.
Se evidencia como un cretino, no importa la edad. Elige sin piedad el miedo y la cobardía. Se roba la alegría. Y no la sabe disfrutar.
Se pierde en un mudo remolino en donde no hay palabras que sirvan como excusas. Se aturde con basura. Se deja arrastrar.

Y agudiza la risa de los que siempre, y a pesar, creemos.
Y brotan las ganas de devolver con siembra los brotes muertos a golpes de amenazas.

El que amenaza se amenaza.

Se rompe y aún así no corrompe la Fe de los demás.
Se envenena y no hiere la salud de los que de la mano van.
Se debilita inmensamente y fortalece a los que aman.
Se encarcela a una mentira. Y cierra los ojos. Y deja de escuchar.
Se condena a una soledad helada. La nada que inunda y ahoga.
Se consume en su egoísmo, un sismo que paraliza y congela.

Y nos da pena porque el que amenaza se amenaza.
Y finalmente, un día, el que amenaza, se explota.